26/07/10
Sobre trenes, vagones y líneas de China
El objetivo prioritario del viaje de la presidenta Cristina Fernández a China (restablecer nuestras exportaciones de aceite de soja) no parece haber sido alcanzado. No obstante, el gobierno ha difundido con gran despliegue el acuerdo por la compra de material ferroviario chino por casi 10.000 millones de dólares en el mediano plazo. Sin embargo...
Los analistas del comercio exterior tienen una visión diferente: sugieren que la compra directa a China de locomotoras, vagones, subtes y hasta rieles, se da en estos términos porque el gran emporio asiático es uno de los pocos dispuestos a financiar exportaciones al sector público argentino y no a la inversa.
Los otros que nos darían crédito podrían ser Brasil y la Venezuela de Chávez. Quienes abonan este análisis entienden que los países centrales nucleados en el Club de París, por ejemplo, mantienen herméticamente cerradas sus ventanillas de crédito a la Argentina, porque aún nos consideran en default y afrontamos un complejo proceso de refinanciación de la deuda pública, evitando incluso mostrar nuestras cuentas al FMI u otros organismos internacionales de supervisión. Las alternativas que suelen aparecer resultan para nuestro país carísimas por las tasas de prevención que aplican los oferentes de capital financiero.
De todas maneras, hay en el resultado del viaje presidencial un aspecto que alienta expectativas en nuestra región: parte del material ferroviario estaría aplicado al rescate de la línea ferroviaria -carga y pasajeros- del ex Ferrocarril San Martín, que unía Retiro con San Luis, Mendoza y San Juan.
Sin mayores precisiones, el anuncio -hecho en medio de otros que evidencian la intención de rescatar líneas troncales básicas para el país- no es nuevo para nosotros.
Contemporáneamente con los anuncios del Tren Bala Córdoba-Rosario-Buenos Aires -que se disipó en el tiempo y por la realidad económico-financiera del país- desde mediados de 2004 se viene prometiendo rescatar el ramal Retiro-Mendoza, con inversiones que se estimaba entonces rondarían los 1.500 a 2.000 millones de dólares y pondrían en servicio un tren de alta prestación, que alcanzaría los 150 kilómetros por hora, en el de pasajeros.
Incluso, aquellos anuncios de 2004 luego formaron parte de un espectacular convenio de cooperación ferroviaria firmado por Néstor Kirchner y el primer ministro Hu Jintao, cuando visitó nuestro país en 2004. Los enviados periodísticos a Pekín dieron cuenta al retorno del último viaje que “operaciones convenidas con Rusia por material ferroviario, serían ahora ampliadas para abarcar líneas subterráneas metropolitanas, financiadas por un holding chino del que Franco Macri reconoció ser trader a comisión”.
Los nuevos anuncios sobre la posibilidad de restablecer el tren de pasajeros Retiro-Mendoza-San Juan tiene para la región una trascendencia fundamental. Y rescata el anhelo de volver a contar con un servicio de trenes moderno, con frecuencias cotidianas, que ofrezca transporte digno, suficiente y accesible hacia los centros de decisión y esparcimiento y al intercambio turístico.
Como se demanda en un transporte de cargas eficaz y dinámico que abra la región a potenciales intercambios comerciales, con Mendoza como nexo al Pacífico. Los reiterados anuncios sobre la conexión Retiro-Mendoza-San Juan tuvieron como prolegómeno algunos ocasionales trenes “temáticos” a bordo de vetustas unidades y la reparación de la vía en un tramo de la denominada La Estacada (desde hace décadas inutilizada por inundaciones). Ahora se suma el anuncio de funcionarios nacionales que prometieron para octubre próximo una frecuencia semanal, con “el material que ya existe de origen portugués”.
Uno de los correos del lector de diario La Nación señalaba con ironía el domingo pasado -bajo el título “Perplejidades”- que recordaba la fotografía del ministro De Vido, en 2004, sobre el tablero de un tren bala en Alemania.
Y otra fotografía del funcionario inclinado sobre un mapa del oleoducto Caracas-Buenos Ares, que pasaría por el Mato Grosso. Por último, el lector contrastaba esos recuerdos con la imagen del ministro dentro de vagones subterráneos en China, de los que potencialmente podrían ser comprados para agilizar subterráneos y trenes en nuestro país. (Los Andes)